Aunque mis pasiones pasen por libros, sabores, viajes, música, esto de convivir con un diseñador hace que se te peguen algunos suspiros por objetos. Y cuando digo objetos, el mundo es ancho e interminable.
La verdad es que en mis últimas escapadas, conviven fotos de platos con bancos de plaza, algún tornillo, un cable y más de una lámpara.
Uno de los últimos descubrimientos que me deslumbraron y que comparto para repartir la dosis de adrenalina que producen las imágenes (y que a su vez comparto con ustedes, para ir estirando el efecto) es esta máquina de fotos, genial, por donde se la mire, obra del diseñador Walter de Silva, jefe de diseño del grupo Volskwagen, amigo de mi pareja, un milanés del que también probamos su risotto con tartufo bianco.
Esta cámara, la Leica M9 Titanium, es lo que sacó la archifamosa marca alemana, tiene toda la onda retro y la última tecnología. Disfruten.
Sabores que matan 